Informar del fallecimiento de un ser querido, explicar a la víctima de un accidente las secuelas que este le ha provocado o comunicar a un paciente que padece una enfermedad incurable o en fase terminal forma parte de la cara más ingrata del trabajo de los profesionales sanitarios. Sin embargo, durante muchos años, no se ha prestado suficiente atención a la forma en que se deben comunicar las malas noticias, puesto que se creía que todo el mundo es capaz de comunicar bien en todas las circunstancias.
Pero, sin la formación adecuada es muy sencillo caer en errores muy frecuentes, como el abuso de tecnicismos o la brusquedad en las formas, que, lejos de confortar a los pacientes y sus familiares en un momento difícil, alimenta aún más sus naturales temores e incertidumbres. Intentar evitar este tipo de situaciones es el objetivo del curso “¿Cómo comunicar malas noticias en medicina?”, que la Fundación Mapfre Guanarteme, en colaboración con la Fundación de Ciencias de la Salud, ha impartido en La Laguna a médicos, diplomados de enfermería, psicólogos, asistentes sociales y alumnos de Ciencias de la Salud.
A pesar de que a nivel internacional se vienen desarrollando metodologías específicas desde hace muchos años, “la relación médico-paciente no se ha atendido en España todo lo bien que se debiera”, señaló el doctor José Antonio Prados Castillejo, profesor del Grupo de Comunicación y Salud de Semfyc, y coordinador del curso. No obstante, “en la última década se ha incrementado la información sobre este asunto en nuestro país de manera considerable, y el Plan Bolonia está empujando a su implantación en algunas universidades”, apuntó el experto.
“Hasta hace muy poco no se ha percibido la enseñanza de la comunicación en medicina como una necesidad real, pues se pensaba que comunicar bien era algo innato”. Hay suficientes estudios que demuestran que eso se puede aprender y mejorar, y hay numerosas estrategias docentes muy útiles para lograrlo. “Los especialistas que mejor dominan esta habilidad son los médicos de familia, por su cercanía con el paciente, los oncólogos, que suelen tener que dar las peores noticias, y los diplomados de enfermería, que vienen cuidando este aspecto desde siempre”, añadió.
Fuente: www.bitacoramedica.com
- ABC, periódico español, publicado el 04 de abril de 2011.
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