11 mar 2011

¡Atrévete! Descubre dónde y cómo tocar a una mujer eróticamente

Muchas veces hemos dicho a los hombres toca aquí, besa allá, no dejes de tocar en este sitio, más aquí. Pero, ¿cuáles son las zonas que no deberías dejar de tocar jamás y de qué manera hacerlo? ...

Aquí las imperdibles: las zonas que, luego de tocar a una mujer, la llevarán (y por añadidura a ti también) ¡al cielo!

Cabeza y rostro


Las endorfinas de la mujer se liberan cuando se masajea el cuero cabelludo. Para ello puedes aprovechar un sin fin de oportunidades. Mientras se baña, entra secretamente y luego lávale el cabello con champú de una forma sugerente.

Con tus dedos, dale un masaje lento en círculos mientras se encuentre sentada frente al televisor, leyendo o trabajando. Muchas mujeres disfrutan cuando les lamen o besan los oídos, incluso al recibir pequeños masajes en las orejas y susurros suaves.

Si sabes cómo tocar sus labios, besándolos, lamiéndolos, mordiéndolos y chupándolos con suavidad, es muy posible que ese sólo e inofensivo beso pueda conducirla a ella a una intensidad mayor. Debes utilizar tus labios, lengua y los dientes de ella para jugar de una manera tímida y luego bésala con arrebato y pasión.

Cuello

La nuca y el cuello son dos sitios de extremo placer para ella. Si sólo respiras en su nuca y le susurras al oído palabras amorosas, ella no podrá más. Además de usar tus labios y lengua, haz uso de tus manos: levanta el cabello de ella a medida que acercas tu boca a su cuello. Luego jala su pelo con una mezcla de suavidad y deseo para indicarle la pasión que provoca en ti.

Pechos y pezones

Toma sus pechos y acarícialos como si fueran los más hermosos del planeta. No seas muy fuerte o brusco en estos movimientos, porque en lugar de sentir placer, ella terminará diciéndote que le duele o la lastimas. Apriétalos con suavidad y presiónalos uno contra otro con fuerza.

Besarlos, lamerlos y chuparlos son prácticas sumamente eróticas para ella. Tampoco te olvides de tomar en cuenta el valle de sus pechos, que también resulta un área sensible. Sus pezones responderán rápidamente al tacto, así que aprieta o frota entre tus dedos índice y pulgar cada pezón.

También es buen ejercicio erótico pasar la lengua o golpetear repetidamente su punta con la lengua. Si frotas demasiado, ella se puede lastimar, así que encuentra el equilibrio entre lo erótico y delicado, y lo brusco y torpe.

Brazos, muñecas y antebrazos

Estas partes resultan muy sensibles al tacto de la yema de los dedos del otro. Acaricia muy suavemente la parte interna de sus antebrazos o pásales las uñas con suavidad. Lleva las puntas de tus dedos desde su muñeca hasta la axila. También disfrutará si frotas sus muñecas con tu nariz, si las lames y mordisqueas.

Abdomen y ombligo

Para muchas, recibir pequeñas cosquillas en el abdomen y el ombligo es irresistible. Claro, no hay que pasarse, porque entonces no será nada agradable. Dibuja círculos alrededor de su estómago y de su ombligo. Si introduces ligeramente tu lengua en su ombligo o uno de tus dedos y muévelos lentamente en forma circular, la harás gemir de placer. Hay un punto en el que un ombligo bien manipulado hace sentir leves contracciones en el clítoris.

Parte interna de los muslos y rodillas

Estas partes tienen muchas terminaciones nerviosas. La de los muslos es un área altamente sensible a los apretones o leves mordiscos. Utiliza manos y lengua para masajearlos y acariciarlos con suavidad. Las rodillas, junto con los codos, aunque parecieran las áreas más olvidadas del cuerpo, son muy sensibles al contacto erótico. Descubre nuevos sitios y juega a tu manera.

Espalda y trasero

Masajear la espalda libera una cantidad impresionante de estrés. Cuando se está en el juego sexual, además, ayuda a relajarla a ella. Si utilizas tus dedos o la punta de estos, para subir y bajar por su columna, le estarás dando un uso más que terapéutico y totalmente erótico. El trasero también tiene muchas terminaciones nerviosas; es un área que puedes tocar, besar, lamer o acariciar para provocarle numerosas oleadas de placer.

Pies y tobillos

Los pies, otra parte olvidada del cuerpo, son, sin embargo, de suma importancia para darle a tu pareja nuevas sensaciones placenteras. Un masaje de pies puede ser una experiencia realmente excitante y relajante a la vez. Chupar sus dedos, lamer la planta de sus pies, o pasar tus dedos cubiertos con aceite aromático puede ser realmente estimulante, no sólo para ella, sino para ti también.

Clítoris y vulva

Los labios mayores o vulva pueden frotarse, besarse, lamerse y acariciarse con suavidad. El clítoris es la parte más sensible de la mujer, con millones de terminaciones nerviosas. Estimúlalo lentamente con pequeños golpeteos de tu dedo o lengua y al mismo tiempo toca su pubis en forma circular para que el goce sea mayor.

Si puedes, introduce uno de tus dedos o utiliza algún dildo o vibrador para introducirlo en su vagina mientras tú acaricias lentamente su clítoris. Verás que tu mujer lo agradecerá con una serie de espasmos placenteros.



fuente: www.facilsalud.com
           Nina/ http://de10.com.mx/10792.html

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