El examen de la laringe puede realizarse a través de laringoscopía indirecta, nasofibroscopía, telelaringoscopía, o laringoscopía directa. Las tres primeras se realizan en la consulta, la última debe efectuarse con anestesia general en pabellón.
Laringoscopía indirecta: para realizarla se requiere de espejo frontal, fuente de luz y espejos laríngeos de diferentes tamaños.
El operador, luego de administrar anestesia local (pe. Dimecaína 2% spray) y traccionar firmemente la lengua, rodeada con gasa, introduce el espejo laríngeo colocándolo en la faringe o zona posterior del velo del paladar. Previamente se calienta el espejo para evitar que se empañe.
Con el espejo frontal y la fuente de luz se ilumina la región laríngea obteniéndose una imagen invertida de la laringe.
En manos expertas, este procedimiento permite una adecuada visualización de laringe y cuerdas vocales en sólo un 70% de las veces. Esto se explica por variaciones anatómicas o un reflejo faríngeo aumentado.
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