'Vuelta y vuelta al sol' es la receta de quienes ansían un bronceado veraniego. Un hábito muy repetido en las playas y las piscinas durante los meses de verano. Pero cuidado, porque también es el principal culpable de que la incidencia de melanoma haya aumentado un 237% en los últimos 30 años. Así lo advertían los expertos en el último Congreso Anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), celebrado el pasado mes de junio en Chicago (EEUU).
Si se diagnostica a tiempo, este tumor se cura en un 95% de los casos. Sin embargo, cuando la enfermedad no se detecta de forma precoz, el pronóstico no es muy positivo. Aparece metástasis en otras partes del cuerpo y no hay muchas opciones terapéuticas. Recientemente, en Europa se ha aprobado un fármaco (Ipilimumab) que prolonga la esperanza de vida de estos pacientes unos dos meses de media, pero aún queda mucho camino por recorrer.
La realidad de las cifras no ha cambiado. El melanoma avanzado sigue siendo el responsable del 75% de las muertes que ocurren por cáncer de piel (hay otros tipos como el carcinoma basocelular y el espinocelular). Por esta razón, aunque la genética también influye, los expertos recuerdan que algunos factores de riesgo sí se pueden evitar (tomar el sol entre las 11 y las 16 horas o no utilizar crema de protección solar) y hacen hincapié en la prevención y la vigilancia. Por ejemplo, "una persona de menos de 20 años que tenga más de 50 lunares debe ir al dermatólogo para que éste valore si son de riesgo o no", señala Aurora Guerra, jefe de Dermatología del Hospital 12 de Octubre de Madrid.
Precisamente los jóvenes son quienes más descuidan su protección frente a los rayos ultravioleta. Según un estudio publicado en 'Journal British Association of Dermatologists', la parte de la población que peor protege su piel del sol es aquella que está entre los 16 y los 30 años, "a pesar de que el melanoma sea el segundo cáncer más común en este grupo de edad". Y, a tenor de los resultados de una investigación realizada por el Observatorio del Cáncer de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en junio, los hábitos de esta parte de la población en España no son mucho mejores. Se queman más, se exponen con gran frecuencia a las radiaciones solares durante las horas centrales del día y se protegen mucho menos que el resto de la población. "Son los que menos importancia dan a los diferentes tipos de protección solar", aseguraba Naiara Cambas, la directora del Observatorio.
Dado que los efectos de la radiación solar sobre el organismo son acumulativos, afirman los especialistas, es importante comenzar con la fotoprotección a edades tempranas. De hecho, "está demostrado que las quemaduras del sol que se producen antes de los 15 años constituyen un factor de riesgo para el melanoma", subraya Guerra.
Aprender a protegerse del sol
Según un estudio realizado por un laboratorio farmacéutico, independientemente de la edad, cuatro de cada 10 españoles siguen sin protegerse frente al sol y el 20% continúa tumbándose en la hamaca sin protección solar entre las 11 y las 16 horas. "No sólo hay que evitar esta franja horaria, sino que, además, es preciso protegerse con filtros solares y con sombreros y ropa holgada", recomienda la dermatóloga española. Y aún más, "no vale con aplicarse cremas protectoras, éstas deben usarse adecuadamente".
Tal y como muestra la Encuesta Nacional sobre Fotoprotección, el 87% de los españoles no se aplica correctamente este producto. La doctora Guerra explica que hay que "elegir el factor adecuado a la piel de cada uno, aplicarlo media hora antes de tomar el sol, en cantidades generosas (la dosis recomendada es de 2 mg por cm2) y repetir esta aplicación cada dos horas y después del baño".
Con el objetivo de recordar estos mensajes, año tras año, se ponen en marcha varias campañas informativas. Desde el año 2000, la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) desarrolla varias actividades de concienciación y, durante aproximadamente un mes, ofrece una consulta móvil para diagnosticar posibles casos de cáncer de piel a través del 'Bus de la Prevención', que este año ha pasado por 11 ciudades españolas y ha examinado a más de 2.000 pacientes.
A todos ellos se les ha explicado que "los fotoprotectores de menos de 15 no protegen del cáncer de piel, que los que prometen resistir los baños de agua no son efectivos y que no sólo deben proteger de los rayos ultravioleta de tipo B, también frente a los UVA".
Durante los primeros años, los expertos de la AEDV intentaban luchar contra la idea de que "estar moreno era sinónimo de belleza". Por eso, sus carteles y los folletos informativos tenían titulares como: 'De la belleza de un lugar al peligro de un melanoma'. A lo largo de estos años, se han divulgado otros aspectos importantes: la regla del ABCDE, el papel del dermatólogo como el único especialista capacitado para diagnosticar un melanoma y el envejecimiento prematuro de la piel, la autoexploración, factores de riesgo como el deporte...
Diez de cada 100 personas padecerán un cáncer de piel a lo largo de su vida. Teniendo en cuenta que el factor genético no se puede cambiar y que las radiaciones solares son un importante factor riesgo, quizás merezca la pena pensar que la belleza no está en el bronceado sino en los hábitos sanos y en la prevención de esta enfermedad.
Precisamente los jóvenes son quienes más descuidan su protección frente a los rayos ultravioleta. Según un estudio publicado en 'Journal British Association of Dermatologists', la parte de la población que peor protege su piel del sol es aquella que está entre los 16 y los 30 años, "a pesar de que el melanoma sea el segundo cáncer más común en este grupo de edad". Y, a tenor de los resultados de una investigación realizada por el Observatorio del Cáncer de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en junio, los hábitos de esta parte de la población en España no son mucho mejores. Se queman más, se exponen con gran frecuencia a las radiaciones solares durante las horas centrales del día y se protegen mucho menos que el resto de la población. "Son los que menos importancia dan a los diferentes tipos de protección solar", aseguraba Naiara Cambas, la directora del Observatorio.
Dado que los efectos de la radiación solar sobre el organismo son acumulativos, afirman los especialistas, es importante comenzar con la fotoprotección a edades tempranas. De hecho, "está demostrado que las quemaduras del sol que se producen antes de los 15 años constituyen un factor de riesgo para el melanoma", subraya Guerra.
Aprender a protegerse del sol
Según un estudio realizado por un laboratorio farmacéutico, independientemente de la edad, cuatro de cada 10 españoles siguen sin protegerse frente al sol y el 20% continúa tumbándose en la hamaca sin protección solar entre las 11 y las 16 horas. "No sólo hay que evitar esta franja horaria, sino que, además, es preciso protegerse con filtros solares y con sombreros y ropa holgada", recomienda la dermatóloga española. Y aún más, "no vale con aplicarse cremas protectoras, éstas deben usarse adecuadamente".
Tal y como muestra la Encuesta Nacional sobre Fotoprotección, el 87% de los españoles no se aplica correctamente este producto. La doctora Guerra explica que hay que "elegir el factor adecuado a la piel de cada uno, aplicarlo media hora antes de tomar el sol, en cantidades generosas (la dosis recomendada es de 2 mg por cm2) y repetir esta aplicación cada dos horas y después del baño".
Con el objetivo de recordar estos mensajes, año tras año, se ponen en marcha varias campañas informativas. Desde el año 2000, la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) desarrolla varias actividades de concienciación y, durante aproximadamente un mes, ofrece una consulta móvil para diagnosticar posibles casos de cáncer de piel a través del 'Bus de la Prevención', que este año ha pasado por 11 ciudades españolas y ha examinado a más de 2.000 pacientes.
A todos ellos se les ha explicado que "los fotoprotectores de menos de 15 no protegen del cáncer de piel, que los que prometen resistir los baños de agua no son efectivos y que no sólo deben proteger de los rayos ultravioleta de tipo B, también frente a los UVA".
Durante los primeros años, los expertos de la AEDV intentaban luchar contra la idea de que "estar moreno era sinónimo de belleza". Por eso, sus carteles y los folletos informativos tenían titulares como: 'De la belleza de un lugar al peligro de un melanoma'. A lo largo de estos años, se han divulgado otros aspectos importantes: la regla del ABCDE, el papel del dermatólogo como el único especialista capacitado para diagnosticar un melanoma y el envejecimiento prematuro de la piel, la autoexploración, factores de riesgo como el deporte...
Diez de cada 100 personas padecerán un cáncer de piel a lo largo de su vida. Teniendo en cuenta que el factor genético no se puede cambiar y que las radiaciones solares son un importante factor riesgo, quizás merezca la pena pensar que la belleza no está en el bronceado sino en los hábitos sanos y en la prevención de esta enfermedad.
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