Los hombres experimentan una baja de testosterona después del nacimiento
de sus hijos, lo cual les permite enfrentar los desafíos de cuidar a su
descendencia, según un estudio publicado el lunes. La testosterona es
una hormona que alimenta la sexualidad masculina, la agresión y la
resistencia física, y por lo general es más alta en los jóvenes solteros
y sin hijos, dijo la investigación publicada en las Actas de la
Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
Con menos testosterona corriendo por sus venas, los hombres son más
propensos a adoptar roles de padre y ayudar a criar a sus hijos, una
necesidad particular entre los humanos, que en la infancia son mucho más
dependientes que otros mamíferos.
"Criar humanos es un esfuerzo tal que requiere necesariamente de
cooperación, y nuestro estudio muestra que los hombres están
biológicamente programados para ayudar con el trabajo", dijo uno de los
autores del estudio, Christopher Kuzawa, de la Universidad Northwestern
en Illinois (norte).
La investigación se basó en 624 hombres, de 21 a 26 años, en
Filipinas, que fueron seguidos durante casi cinco años -un periodo en el
que algunos de ellos iniciaron relaciones estables y se convirtieron en
padres.
De los que comenzaron el estudio solteros y se convirtieron en padres
al final de la investigación, los hombres con los niveles más altos de
testosterona inicialmente fueron los que más probablemente se habían
convertido en padres.
Esta distinción es importante porque los estudios previos no habían
sido capaces de establecer si el descenso de testosterona observado en
hombres recién casados era un rasgo que hacía a los hombres más
propensos a contraer matrimonio, o si era resultado del acto de formar
pareja.
"Los hombres que comenzaban con la testosterona alta tenían más
probabilidades de convertirse en padres, pero una vez que lo hacían, la
testosterona se reducía sustancialmente," dijo otro de los autores del
estudio, Lee Gettler, doctorando en antropología de la Universidad
Northwestern.
"Nuestros hallazgos sugieren que esto es especialmente cierto para
los padres que se vuelven más involucrados con el cuidado infantil".
Los hombres que se convirtieron en padres durante el estudio
mostraron una media de 26% a 34% de caída en los niveles de
testosterona, que fue significativa en comparación con la baja normal
relacionada con la edad observada en los solteros que no eran padres
(12%-14%).
Los mayores descensos se observaron en padres de recién nacidos de un mes o menores.
"La paternidad y las exigencias de tener un bebé recién nacido
requieren muchos ajustes emocionales, psicológicos y físicos", dijo
Gettler. "Nuestro estudio indica que la biología de un hombre puede
cambiar sustancialmente para ayudar a satisfacer esas demandas".
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