De este modo identificaron un gen, el OR11H7P, asociado a la percepción del olor a sudor. Concretamente, este gen afecta a la sensibilidad olfativa al olor del ácido isovalérico, un ácido graso presente en el sudor humano y en el vinagre de madera.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que aquellas personas con una mutación que inactivaba la pareja de genes OR11H7P no se inmutaban ante el olor a sudor ni siquiera en una habitación cerrada y llena de gente. Por el contrario, quienes eran especialmente sensibles a este desagradable olor tenían al menos un gen de la pareja intacto.
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